viernes, 26 de mayo de 2017

La chica del mar



    Era una mañana de verano en Iquique, iba un joven llamado Borja con sus amigos, Rodrigo y Octavio de vacaciones a ese lugar. Habían ahorrado mucho dinero para esas soñadas vacaciones y con mucho esfuerzo lograron hospedarse en una pensión frente a la playa. Después de instalarse, fueron a recorrer la ciudad, aunque Borja decidió ir a caminar por la playa. Pese al calor que había en ese momento, igual corría un viento muy fuerte que hacía que su larga cabellera y su barba sintieran esa ventisca leve. En medio de su caminar, vio a una hermosa chica que estaba nadando en el mar. Era morena. de cabello negro, de baja estatura y ojos pardos. Usaba un bikini morado con blanco y parecía que el mar estaba sincronizado con ella en su nadar. Al parecer lo hacia todos los días del año y disfrutaba de ese mágico momento. Después de un rato mirándola fijamente, ella se dio cuenta y Borja, por temor decidió irse del lugar. En la pensión contó lo que vivió a sus amigos y ellos se rieron y encontraron ridícula su situación. En la noche, Borja fue a comprar una galleta y una bebida y mientras regresaba a la pensión, apareció al frente suyo la chica del mar y se asustó tanto que se puso de rodillas pidiéndole perdón, rogándole que no hiciera nada, pero para su sorpresa, ella le dijo "No te sientas mal, no estoy enojada, es mas estoy feliz que me hayas visto" ¿De verdad? le preguntó Borja. "De verdad. Por si acaso me llamo Támara y tu como te llamas?" "Borja" le respondió el joven. "Si quieres me puedes acompañar mientras nado en mar" le sugirió Támara. "Esta bien" le respondió Borja y ambos fueron rumbo al mar. 
  Como siempre Támara disfrutaba nadar en el mar, mientras que Borja la miraba desde la orilla maravillado. Después ella salió del agua y fue a donde el joven y le preguntó ¿te gustó mi nado? " Si, es bello" respondió el pelilargo muchacho y al final se fueron caminando junto con una gran luna ella en los cielos,

martes, 7 de marzo de 2017

El viejo y su guitarra

  

  Era una tarde soleada de octubre y don Rafael se despertó muy animado de su tradicional siesta vespertina. Era un hombre soltero, sin hijos y nunca tuvo una relación amorosa, puesto que el no sentía necesidad de una familia. Lo único que le importaba era trabajar en su taller y tocar su amada guitarra eléctrica. Era una Gibson Les Paul blanco con negro del año 68 y según el, le perteneció a Duane Allman de  The Allman Brothers Band. No se sabe si la historia es verídica o no, pero a don Rafael le gustaba tocar su guitarra, era una verdadera armonía y paz y mas aun, con un buen cigarro en su boca y su sombrero de vaquero, el cual fue heredado de su padre. Tocaba canciones de country, rock clásico estadounidense y también música chilena como Los Jaivas, Los Blops y Los Ángeles Negros entre otras bandas. Pese a que nunca perteneció a una banda, ni desarrollar una carrera musical en solitario, amaba tocar su guitarra ya que le hacia olvidar todas las tensiones de la vida cotidiana, permitiéndole viajar a otros mundos con las bellas melodías de su amada guitarra, siendo el rey de la música por un buen rato.

lunes, 6 de marzo de 2017

Mi hermana, la gimnasta


  Era una tarde de un jueves de agosto y llovía mucho en la ciudad. Ese día acompañé a mi hermana menor Rocío de 18 años a su entrenamiento de gimnasia artística en el Centro de Alto Rendimiento. Practicaba ese deporte desde los 5 años y desde entonces ha ganado varios torneos a nivel escolar, regional, nacional e internacional, pero lo que mas anhelaba era ganar un torneo internacional representando a Chile. Después de vestir su malla de gimnasta empezó a entrenar sus ejercicios diarios; Primero saltos, en el cual mejoraban sus flic flacs de manera espectacular, después asimétricas, las cuales eran su elemento favorito, e incluso después de entrenar se subía de nuevo a ellas. Luego le tocó subir a la viga, su aparato mas complicado ya que le costaba mantener el equilibrio. Al final le tocó el suelo y con una música de Beethoven, realizó una hermosa rutina en el suelo. Al finalizar los entrenamientos y después de cambiarse, se acercó a mi y me dijo ¿lo viste, Marcelo? "Estuve genial" "Si si si, genial" le respondí de manera consensuada ¿y eso no mas? ¿Ni una felicitación? me preguntó extrañada "Felicidades, lo hiciste bien" le respondí dando la lata. "mmm, que aburrido eres. Oye te propongo algo" me dijo Rocío. ¿Que cosa? Le pregunté. "Si gano el all around de mi próximo torneo me compraras toda la ropa que quiera en el mall" "Ya, esta bien" le contesté, creyendo que no sería capaz de ganar el all around.
   Y el día del torneo llegó y mi hermana estaba preparada con su malla de competencia. La vi con una actitud muy confiada, muy segura de si misma, algo que jamás vi de ella antes. Primero empezó con saltos y allí logró una puntuación de 15.100, después en paralelas obtuvo un 15.200, en viga 14.800 y en suelo 15.100 ganando la competencia all around. Después de la premiación, se acercó a mi y me dijo "Debes cumplir tu promesa, hermanito, mañana nos iremos de compra" "Esta bien" le respondí y "aparte como regalo te traigo esto", y ella abrió el paquete que le traje y en este había una pulsera de plata pura con la cual se maravilló, me beso en la mejilla y me dijo "Gracias hermanito, te quiero" y terminó su jornada haciendo sus piruetas rombo al automovil con una bella luna llena de fondo.



domingo, 5 de marzo de 2017

El viejo Citroen



  Era una tarde de domingo por la tarde en mayo, y mi padre me quiso hacer un regalo por mi cumpleaños numero 20. Estaba ansioso y esperaba algo espectacular. Pero yendo al patio mi padre me mostró su viejo Citroen CX del 85 y me dijo que ahora era mio. Al principio no veía con ánimo mi regalo ya que lo encontraba muy viejo y no le encontraba utilidad. Para no decepcionar a mi padre decidí subirme andar en el recorrer la ciudad. Antes le fui a echar combustible en el servicentro mas cercano y de ahí empezó mi recorrido por la ciudad con mi "gran regalo".
  Apenas comenzó mi recorrido cambió totalmente mi opinión sobre el auto. Me di cuenta que funcionaba de maravillas y que pese a los años estaba como recién salido de la fabrica. Durante toda la tarde recorrí casi toda la ciudad entera y me hizo acordar de mi niñez cuando mi padre nos llevaba a mi y a mis hermanos mayores al parque cuando eramos pequeños. Fue un momento nostálgico y maravilloso.
  Al llegar la noche llegué con mi auto al Cerro San Cristóbal y me detuve en un mirador donde me baje y empecé a tomar una botella de Pepsi al lado de mi auto mirando las estrellas, recordando los buenos tiempos.
  

sábado, 4 de marzo de 2017

Marina la clavadista

    

  Marina era una chica clavadista de 21 años que practica en el Centro Acuático del Estadio Nacional desde muy pequeña. Ella tiene un sueño el cual es representar a Chile en una olimpiada. Hora tras hora entrenaba y no quería parar ni siquiera en su rato de descanso.     
    No le fue fácil mantenerse en su deporte, puesto que sus padres murieron cuando tenía 12 años y  ella junto a su hermano pequeño tuvieron que quedarse en casa de sus tíos. Si no fuera por la ayuda de su entrenador, hubiese dejado los clavados. El entrenamiento empezó con tabla 1 metro, después de 3 metros, luego plataforma de 5, para acabar con 10 metros su prueba favorita. Después de casa un día de entrenamiento, por fin salio de la piscina, se ducho y "se fue a casa"
   Cuando se apagaron las luces, el nochero empezó su trabajo, pero mientras vigilaba sintió ruidos de una persona cayendo al agua. De inmediato fue corriendo a la piscina de clavados y con su linterna se dio cuenta que Marina estaba allí entrenando. Extrañado le preguntó ¿Que esta haciendo a estas horas en la piscina, jovencita? "Solo entreno" contestó. "No hace falta que haga sobreesfuerzo, no lo necesita para ganar" le dijo el nochero  "Bueno en realidad no estaba entrenando, solo me estaba divirtiendo, para mi los saltos no son solo para competir y ganar, sino es una forma de vida y de pasatiempo. Amo los clavados y pienso seguir hasta que me muera, incluso después de mi retiro" le dijo Marina al nochero y de forma sorpresiva esta lo tomo del brazo y lo lanzó al agua y ambos practicaron clavados hasta hartas horas de la noche, en un ambiente de paz.

viernes, 3 de marzo de 2017

Un hombre muerto en el ring


 
Era la última pelea de la noche en el Club México, peleaban Humberto " el potro" Ruiz contra Anibal "Pajaro " Macías por título nacional de boxeo en categoría mosca. Anibal era el campeón defensor con solo 20 años y su rival era un veterano de 36 años en decadencia. El "potro" temía perder esa noche, ya que según su manager perdería sus auspiciadores y sería el final de una carrera marcada por los excesos y una vida familiar destruida por su alcoholismo. Anibal solo necesitaba ganar para disputar el título latinoamericano de los moscas, y aparte le regalaría un buen anillo a su novia Alicia. Durante los primeros rounds la pelea estaba dominada por Anibal, valiendo su condición de favorito. El " potro" no quería perder ya que temía las nefastas consecuencias para su vida. En un postrer esfuerzo lanza un gancho sobre su rival, haciendo que este se rompiera el cuello y cayendo pesadamente a la lona. Mientras El "potro" celebraba su inesperada victoria, los paramédicos subían al ring para atender a Anibal, pero era tarde, ya había fallecido. Su bella novia lloraba en su pecho y le gritó "asesino" al Potro. Este, pese a ganar el título nacional de los moscas, se sintió muy afligido ya que nunca tuvo en su mente matar a su rival. Al rato su manager encontró el cinturón de campeonato en la basura y con una carta que decía: " de que me sirvió ganar si igual mi carrera se acabó, de que sirvió toda esa publicidad y esta pelea si al final también acabé como UN HOMBRE MUERTO EN EL RING".

jueves, 2 de marzo de 2017

Mis amigas Daniela y Fernanda

   Era una mañana de verano, tenía 22 años y recién conocía Santiago. Me bajé justo en el Estadio Nacional, pues quería conocer el resto de sus instalaciones y específicamente quería conocer su piscina. Al rato la encontré y le pedí al guardia si podía entrar y este me dijo que si. Mi plan ver como entrenaban los clavadistas ya que en mi ciudad natal no existía una piscina olímpica. Pero como estaban ocupados me acerque a un grupo de chicas que estaban descansando al lado de la piscina. Una de ellas me saludo y me preguntó ¿Quien eres? "Soy Fabián y solo quería conocer la piscina" le respondí. Y ella me dijo, "Ahh, mucho gusto, soy Daniela y la Chica de que esta a mi lado es Fernanda, la pequeña se llama Nicole, nuestra entrenadora se llama Marcela y la Chica que esta en el agua se llama Amanda y somos seleccionadas nacionales de Nado Sincronizado" "Mucho gusto" les respondí y ahí me senté al lado de las chicas para verla rutina de Amanda. Al rato Daniela y Fernanda se metieron y empezaron a entrenar y a ensayar su rutina. Después de 2 horas se salieron del agua y se dirigieron a retirar sus cosas y antes de retirarme, Fernanda me dijo ¡Vuelve cuando quieras, Fabián! "Gracias, esta bien" le respondí y deje el estadio.
   Al día siguiente mientras caminaba por el centro tomando un helado me encontré con Daniela quien estaba llorando y me acerqué a ella y le pregunté ¿Porque lloras? "Por el idiota de mi novio, el cual me engañó y se fue con otra! " me respondió. Para consolarla, le compré un helado y ella me dio las gracias. Al los segundos nos encontramos Fernanda que venía moleste y Daniela le Preguntó ¿Que te pasa? "A mi padre lo despidieron del trabajo y le es difícil encontrar otro" respondió. De inmediato le compré otro helado y ase calmo. ¿Saben que?, les dije, "no permitan que estos problemas las afecte, uds para mi son grandes danzarinas y con su arte pueden incluso alegrar hasta la personas mas amargadas" "Gracias" me respondieron y tomando una micro fuimos al estadio y ellas realizaron sus rutinas con mas optimismo y una bella sonrisa olvidaron su amargura y tristeza.